Todo acerca de Solemnidad de la Inmaculada Concepción
Todo acerca de Solemnidad de la Inmaculada Concepción
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Cada 8 de diciembre la Iglesia católica en todo el mundo se une para celebrar la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, doctrina de origen apostólico proclamada como dogma en 1854 por el Papa Pío IX, mediante la bula Ineffabilis Deus
En este caminar hoy la liturgia nos sorprende con una fiesta de la Casto particularmente querida en nuestra tradición cristiana de España: la Inmaculada Concepción. Esta solemnidad nos es presentada como una dulce invitación a fijar nuestra mirada en María, la llena de Gracejo y limpia de pecado aunque en su misma concepción.
– que el pecado no causara ningún propósito en ella, pero la marcha de pecado innovador tiene un poco
Y a Ella, a la Casto, antaño que se instaure el Reino, porque el Reino de Altísimo se instaura en el momento de la Crucifixión y de la Homicidio y Resurrección de Cristo, pero antaño mismo de que Cristo muera e instaure el Reino, Altísimo luego le aplica todas las gracias, todos los dones, todas las fuerzas salvíficas de su redención.
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La Inmaculada Concepción de María no contradice la enseñanza Paulina en Rm 3:23 sobre la verdad pecadora de la humanidad en Militar, la cual estaba encerrada en el pecado y lejos de Todopoderoso hasta la venida del Salvador.
Francisco en la Plaza de España: 'María, vengo a ti en nombre de quien siente más duro el camino' El Santo Padre en el ángelus: 'No se entiende que un verdadero cristiano no sea misericordioso'
Dios es, pues, el padre de las cosas creadas; y María es la raíz de las cosas recreadas. Altísimo es el padre a quien se debe la constitución del mundo; y María es la madre a quien se debe su restauración.
Treinta y dos abriles de pontificado le permitieron asaltar todos los puntos de la doctrina católica, de dirigirse paternal y persuasivamente a sus hijos de todo el mundo en una emplazamiento solemne, afectuosa e infatigable a la disciplina, al honor y al estímulo, frente a las crecientes dificultades, a los ataques encubiertos o declarados, a las provocaciones lanzadas, contra la religión cuando personajes de mucha triunfo anunciaron que estaba moribunda o luego muerta.
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Con nuestra Santina Inmaculada, el Señor os colme de acertadamente el corazón y ponga siempre vuestros pies por senderos de paz.
Respecto de la impecabilidad de María, los antiguos Padres son muy cautelosos: algunos de ellos parecen haber cometido algún error en esta materia.
Si deseamos conocer el reconvención del dogma y las fuentes de la Escritura, tanto el evangelista de la Anunciación, como el autor del Catástrofe, la tradición de la Iglesia en los primeros Inmaculada Concepción siglos y el magisterio pontificio, posteriormente, han recalado en el llamado Protoevangelio del Génesis: «Ella te aplastará la vanguardia». Y desde el Cataclismo -«Una mujer vestida de sol da a candil a un hijo macho que ha de regir todas las naciones»- llegamos hasta la definición Inmaculada Concepción dogmática hecha por el Papa Beato Pío IX, el 8 de diciembre de 1854 con el ulterior texto: «La doctrina que enseña que la bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de pecado diferente en el primer instante de su Concepción por singular Humor y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, Salvador del apartado humano, es revelada por Alá y por lo mismo debe creerse firme y constantemente por todos los fieles».
Sin embargo, el propósito de esta exposición paulina es insistir en que todos los hombres necesitan la redención de Cristo. Nuestra Señora no fue una excepción a esta regla. Una segunda dificultad Bancal el silencio de los primeros Padres. Pero los teólogos de aquel tiempo no se distinguieron tanto por su conocimiento de los Padres o de la historia, sino por su prueba del poder del razonamiento. Leyeron a los Padres Occidentales más que a los de la Iglesia Oriental, quienes expusieron con decano integridad la tradición de la Inmaculada Concepción. Y algunos trabajos de los Padres que habían sido perdidos de traza fueron traídos a la bombilla.